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¿Somos los católicos unos idólatras?

Quizá la acusación más repetida y trillada de parte del protestantismo hacia la Iglesia Católica es la de idolatría. “Los católicos adoran imágenes” repiten hasta el cansancio, y hay que decir que dicho argumento a pesar de ser tan flojo, logra convencer a muchos católicos poco formados que desgraciadamente desconocen su fe, en parte, por culpa propia y en parte por la nuestra como miembros de la Iglesia que somos. Los cristianos separados creen que están en la verdad y que nosotros estamos, como ellos aducen, en la idolatría.

La idolatría es la adoración que se le da a los ídolos, y la definición de ídolo es: imagen de una deidad, adorada como si fuera la divinidad misma. La palabra idolatría está compuesta de dos palabras: Ídolo – Latría. Donde ídolo es aquello que toma el lugar de Dios, y latría significa culto de adoración. Idolatría consiste en adorar algo o alguien diferente a Dios (ídolo), ya sea una persona o una cosa.

Nosotros los católicos creemos en un solo Dios y solo a Él adoramos. Las religiones paganas de la antigüedad adoraban al sol, a la luna, a la tierra, al fuego, al viento, etc. Muchas religiones hacían sus propios dioses haciendo figuras con sus propias manos, y a esas figuras que se consideraban dioses es a lo que se les llama ídolos.

El punto es que no todas las figuras o imágenes son ídolos sino solo aquellos a los que se les da culto considerándolos dioses.

¿Pero no está prohibido hacer imágenes? 

Está prohibido adorar ídolos que es distinto. Las otras denominaciones protestantes interpretan fuera del contexto el mandamiento de Éxodo 20,4, como una prohibición a hacer imágenes.

No habrá para ti otros dioses delante de mí. No te harás escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te postrarás ante ellas ni les darás culto, porque yo Yahveh, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian, y tengo misericordia por millares con los que me aman y guardan mis mandamientos” (Ex 20,2-4)

En el pasaje anterior todo lo subrayado es una sola prohibición. Dios prohíbe hacer imágenes para darle el lugar que solo a Él le corresponde. Este mandamiento lo dio Dios no porque se tratara de algo malo en sí mismo, sino por causa de las circunstancias: los israelitas vivían en medio de pueblos paganos como los asirios, los cananeos, los babilonios y otros, idólatras (creían que las estatuas eran dioses o tenían propiedades divinas, y por eso las adoraban) y los israelitas tenían mucha tendencia a imitarlos. Para evitar que cayesen en el error de los paganos, Dios prohibió la representación de la divinidad por medio de pinturas o estatuas. En otros pasajes se puede observar dicha intención:

No vayáis en pos de otros dioses, de los dioses de los pueblos que os rodean, porque un Dios celoso es Yahveh tu Dios que está en medio de ti. La ira de Yahveh tu Dios se encendería contra ti y te haría desaparecer de la haz de la tierra”(Dt. 6,14-15)

“Pero si llegas a olvidarte de Yahveh tu Dios, si sigues a otros dioses, si les das culto y te postras ante ellos, yo certifico hoy contra vosotros que pereceréis” (Dt. 8,19)

Estos pasajes nos dicen que la prohibición era de hacer imágenes y adorarlas o considerarlas como dioses, la prohibición no consistía en hacer las imágenes en sí.

Otros pasajes bíblicos apoyan esta verdad, ya que Dios mismo ordena a los israelitas crear imágenes de cosas en el cielo y en la tierra, por ejemplo, la serpiente de bronze y los querubines del arca de la alianza.

«Yahveh le dijo a Moisés: ‘Hazte una serpiente-ardiente y colócala en un poste. El que haya sido mordido, al verla, sanará. Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso en un poste. Cuando alguien era mordido por una serpiente, miraba la serpiente de bronce y se sanaba» (Núm 21, 8-9).

«Yahveh habló a Moisés para decirle: […] Harás dos querubines de oro macizo, y los pondrás en las extremidades de la cubierta [del Arca]. Pondrás un querubín a una extremidad, y el otro en la otra; formarán un solo cuerpo con la cubierta, a sus dos lados» (Ex 25 1.18-19).

Conclusión: Es falsa la acusación de que los católicos somos idolatras.

Agradecemos a monseñor Jorge de los Santos por colaborarnos con estas respuestas. Si tienes alguna pregunta o inquietud de fe, puedes escribir a elpueblo@archden.org o llamarnos al (303) 715 3219.

Este artículo fue modificado el 5 de diciembre de 2022.

Mons. Jorge de los Santos
Mons. Jorge de los Santos
Monseñor Jorge de los Santos es el párroco de la iglesia de Nuestra Señora Madre de la Iglesia en Commerce City, Colorado.
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