Alrededor de 2000 personas se reunieron el 15 de agosto, para celebrar el 20 aniversario de la visita de Juan Pablo II a Denver así como la Jornada Mundial de la Juventud. El evento al aire libre realizado en el Centro Juan Pablo II para la Nueva Evangelización, fue como una reunión familiar. Los adultos pusieron sus mantas y sillas en los jardines del Centro, recordando viejos tiempos, mientras que los niños jugaban en el pasto disfrutando de la tarde soleada.
La celebración comenzó con música en vivo, testimonios y oraciones de gratitud. Continuó con varios videos, entre los que destacó el que recogió la voz e imagen de Juan Pablo II. Con su fuerte acento polaco se le escuchó decir: “Tú tienes confianza en Cristo. Tú tienes confianza en Cristo. Tú tienes confianza en Cristo”. Sin duda, un momento muy significativo.
“Muy poco sabíamos nosotros del impacto que la Jornada de 1993 tendría en la Arquidiócesis, en Estados Unidos, y en el mundo”, dijo Mons. Aquila al presidir la Santa Misa, que fue concelebrada por cerca de 40 sacerdotes. “Levantemos nuestros corazones en agradecimiento al Padre por el don del JMJ y por todos los frutos que ha dado en la Nueva Evangelización”, agregó.
Por sus frutos los conoceréis
Entre los frutos que el Arzobispo destacó están la fundación de dos seminarios, el Augustine Institute, Endow, FOCUS, Centro San Juan Diego, la Catholic Association of Latino Leaders (CALL), Christ in the City. De la misma manera Mons. Aquila remarcó la presencia de movimientos eclesiales como el Camino Neocatecumenal, el Sodalitium Christianae Vitae, Comunión y Liberación y el Opus Dei.
Memorias imborrables
“Fueron días muy maravillosos”, dijo Bárbara Popielak, de la Iglesia polaca San José, en Denver, luciendo una camiseta de la JMJ de 1993. Ella recordó que recibió en su casa a 18 peregrinos de Polonia, Canadá y Francia, muchos de los cuales se hospedaron en carpas en su patio trasero.
Por su parte, Joan Deges, parroquiana de Queen of Peace, en Aurora, dijo: “No aceptaríamos un millón de dólares a cambio de la experiencia, pero tampoco aceptaríamos un millón de dólares para hacerla de nuevo”. La broma vino porque ella junto con su esposo Gene, llevaron a doce peregrinos adolescentes. “Fue realmente una peregrinación”, comentó refiriéndose a la tarea de cuidarlos, alimentarlos e hidratarlos en el calor del verano.
La naturaleza en sintonía
El ambiente de celebración y gozo por los frutos de la JMJ, se vio coronado por la naturaleza. Poco antes de la Misa que celebró el Arzobispo a las 6:30 p.m. cayeron unas cuantas gotas de lluvia. Luego, la sorpresa: Un arcoíris tal como sucedió en el estadio Mile High hace 20 años durante la bienvenida al Papa.
Al término de la Eucaristía, el Arzobispo Aquila otorgó a la congregación, una bendición papal con indulgencias plenarias. “Fue increíble”, dijo Alison Taoka, parroquiana de St Thomas More en Centennial, que participó en la celebración junto con su esposo Dan y sus cuatro hijos. Ella participó en la JMJ de 1993 siendo adolescente, y en ese entonces experimentó “un cambio de vida” que solidificó las bases de su fe. Por ello, “ya le dije a mis niños que voy a hacer lo que sea necesario para llevarlos a una Jornada Mundial de la Juventud”, culminó.
