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jueves, marzo 28, 2024
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Habla el nuevo presidente de Arrupe

El recién electo presidente de Arrupe Jesuit High School, Michael J. O’Hagan, buscará servir a estudiantes y familias en la tradición jesuita de proporcionar una formación católica integral.

«Mi visión permanece arraigada en la visión original de la escuela, que es servir a las familias y estudiantes que, por muchas razones más allá de su propio control, han sido desatendidas», dijo O’Hagan. «Quiero asegurarme de que Arrupe esté siempre conectada con su misión de servir a los jóvenes y las familias en esta tradición católica jesuita».

O’Hagan fue el director – fundador de Arrupe Jesuit High School cuando se inauguró en 2003 después de una iniciativa laical para devolver la educación católica al centro de la ciudad de Denver.

Sin embargo recuperar la educación católica significó nuevos desafíos: el área estaba poblada en su mayoría por familias de bajos ingresos que no podían pagar por la educación privada de sus hijos. Por lo tanto, el objetivo de hacer asequible la educación católica se convirtió en una misión principal.

Los fundadores tomaron el modelo trabajo y estudio de la escuela secundaria jesuita Cristo Rey de Chicago, que permitió a los alumnos implementar el trabajo a su educación con un doble propósito: obtener formación de la vida real mientras pagan la colegiatura.

«Es una relación dinámica con el área metropolitana y la comunidad empresarial», dijo O’Hagan. «Nuestros jóvenes tienen una experiencia del mundo real que pueden [de alguna manera] conectar con las lecciones que reciben en el aula y esto les brinda la oportunidad de ver un futuro que no siempre supieron que existía».

Los estudiantes de Arrupe JHS trabajan 5 días al mes y ganan un total de alrededor de $ 2.5 millones para la escuela.

El nuevo papel del presidente tendrá un mayor enfoque en el fortalecimiento de las relaciones existentes con las entidades que ayudan al avance de la escuela a través de este programa de estudio y trabajo. Como director, su responsabilidad estaba más centrada internamente en la facultad, el personal y los estudiantes.

«Estoy emocionado de poder construir asociaciones dentro de la comunidad empresarial y con los benefactores», dijo. «Las personas se sienten atraídas por la misión de Arrupe porque se sienten atraídas por nuestros estudiantes. Es la misión de Arrupe la que nos permite conectarnos con tanta gente».

Actualmente, más de 130 organizaciones contribuyen a la misión de la escuela, lo que permite que los 420 estudiantes puedan trabajar en una amplia variedad de campos, incluidos educación, salud e ingeniería.

Orientada a la familia

Además de facilitar el pago de la mensualidad de la escuela, O’Hagan aseguró que su responsabilidad se extiende a mantener y avanzar la identidad jesuita católica de la escuela. Y dijo que esta realidad llama a una comprensión de las necesidades de los estudiantes y una integración de las familias.

El 93 por ciento de los estudiantes de Arrupe son hispanos y el otro siete por ciento incluye afroamericanos y refugiados africanos.

Algunos de los desafíos a los que se enfrentan los estudiantes a nivel personal incluyen el estar separados de sus seres queridos debido a la deportación. También  experimentan traumas y violencia debido a las realidades de los vecindarios donde viven. Sin embargo, O’Hagan asegura que estos hechos no determinan a los estudiantes.

Arrupe JHS toma a las familias en serio. Ellos consideran como fracaso el hecho de que la familia no comparta la riqueza otorgada a los estudiantes.

Por esta razón, la escuela proporciona muchos recursos y también los acoge , destacando el papel clave que desempeñan en la educación de sus hijos.

A las familias se les brinda ayuda desde el proceso de solicitud a lo largo de los cuatro años de educación a través de talleres y reuniones que les ayudan a comprender el progreso y la educación de sus hijos.

«No queremos que las familias sientan que sus hijos están teniendo una experiencia [de escuela secundaria] separada de sus familias. Queremos que tengan una experiencia compartida», afirmó O’Hagan.

El nuevo presidente agradece el apoyo recibido, después de tantos años de trabajo en la misión de hacer que las instalaciones, el personal y la misión de la escuela reflejen la dignidad y el potencial de cada alumno.

«Estoy agradecido por el apoyo que Arrupe recibió de la comunidad durante nuestros primeros 15 años. No se puede tener éxito cuando se está aislado”, aseguró. «Hemos tenido éxito gracias a las muchas alianzas que hemos creado en la ciudad, el estado y el país».

Vladimir Mauricio-Pérez
Vladimir Mauricio-Pérez
Vladimir Mauricio-Pérez es el editor de El Pueblo Católico y el gerente de comunicaciones y medios de habla hispana de la arquidiócesis de Denver.
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